-Lucía, ten más cuidado. Casi caes y te lastimas como la otra vez - Daniel llegó a pararse a un lado, con las manos en la cintura; en tanto regañaba.
Un cosquilleo le invadió el pecho. Era tierno verlo comportarse como su padre. Por otro lado, Lucía sonrió - la otra vez me caí corriendo en el campo y me raspé aquí - mostró una mejilla donde no había rastro de nada - ya se borró la cicatriz porque mi papi me echó medicina para que curara.
María abrió la boca - pero nunca haces caso - fue Daniel quien habló.
-¿Tan pronto ha terminado la escuela? - interrumpió queriendo hacer conversación.
-Sí, termina a medio día. Luego