LILIBETH
La garganta se me seca ¿a esto quería que viniera? A verlo pelear con Aiden. Cierro los puños llena de rabia, jugó sucio, sin embargo, pese a que Aiden entra al ring, no aparta ni un solo segundo su mirada de mi. No le voy a dar el gusto de verme débil, si lo que quiere es debatirse a golpes con él, bien, seré espectadora de su show.
—¿De verdad no lo sabías? —pregunta Elsa a mi lado, tan sorprendida como yo.
Niego con la cabeza.
—No, y no tengo idea de cómo es que los dos llegaron ahí —me cruzo de brazos—. Pero vamos a ver la pelea hasta el final.
—¿Estás segura? Nos podemos ir cuando quieras.
—No, no soy una mujer débil, y ellos no me van a amargar más la existencia.
—Bueno.
No corto contacto visual de Oliver hasta que él lo hace, obligado por la pelea, Aiden nos mira a ambos y tensa el cuerpo. Observo como se acercan y cruzan un par de palabras antes de dar inicio, la gente sigue atenta, los dos se asesinan con la mirada y mi corazón late con frenesí al escuchar la campana