El Códice Oculto y el Anhelo de la Tejedora
El aire en la celda era un sudario frío y húmedo que se adhería a la piel de Kaida, un castigo constante por su audacia. La oscuridad era casi total, rota solo por un tenue rayo de luz lunar que se colaba por una rejilla alta. El sonido de los grillos, un coro monocorde de la noche, se mezclaba con el eco metálico y lejano de las botas de los guardias, un recordatorio constante de su cautiverio. A pesar de su encarcelamiento, la mente de la tejedora no se detenía, no podía. Se aferraba a los pergaminos ancestrales de su abuela, susurros de un pasado olvidado que hablaban de un "códice de las visiones", un libro sagrado que contenía los hilos del destino de Veridia. La abuela había dicho que estaba escondido en el corazón de la biblioteca del castillo, un lugar tan prohibido para los tejedores como el propio trono. El secreto de su sangre, el linaje real que corría por sus venas, era la única llave que podía abrir ese libro, la única esperanz