Secretos de Palacio y el Regreso de Kael
El peso de la amenaza silenciosa se cernía sobre el reino como un manto oscuro. Las pistas eran escasas, las conspiraciones se ocultaban en las sombras, y el enemigo, invisible, desestabilizaba el nuevo gobierno de Kaida. En la sala del trono, Kaida sentía la presión, pero su determinación no flaqueaba. El códice de las visiones, ahora su compañero constante, susurraba secretos de un pasado olvidado.
—Mi Reina, la amenaza es real —dijo Conan, su voz grave—. Hemos descubierto pozos envenenados en los pueblos cercanos, sabotajes en las cosechas. Pero no hay rastro de quién está detrás.
—Los nobles que se oponen a ti —dijo Orlo—, han cerrado sus fronteras, impidiendo el comercio. Es una guerra económica, pero también una guerra de desgaste.
Gonzalo asintió. —Mis hombres han reforzado la seguridad en el castillo, pero la amenaza es sutil. Necesitamos una forma de encontrar a este enemigo.
Kaida cerró los ojos, su mente se sumergió en las páginas del