"Hana"
Me estaba gustando tanto ese clima ligero y divertido que nos proporcionó la curiosidad de Giovana, que me sentí en casa. Durante la cena Rubia se encargó de hacernos reír con todas las aventuras de adolescentes que ella, Rafael y Raíssa habían vivido, los líos en los que se habían metido y cuánto había soportado su amistad.
Y entonces empecé a entender cómo era posible que él y Raíssa se llevaran tan bien y se entendieran tanto en la crianza de Giovana, es que eran amigos y conversaban, no había disputa sobre quién era mejor o tenía la razón, resolvían las cosas de forma madura, lo que era muy bueno para su hija.
—Hana, estuvo delicioso, ¡gracias! —Raíssa tocó mi mano sobre la mesa. —Mira, me pone muy feliz que hayas venido para acá y espero que sea definitivo. Rub y yo nos mudamos el sábado, ya compré todos los muebles y los entregan mañana.
—Ah, estoy muy feliz de que estés aquí y me vas a dar una mano mañana con esa mudanza, Hana. —Bromeó Rubia, pero yo estaba más que fe