"Melissa"
Después de un fin de semana que tuvo todo lo que podría querer, era hora de comenzar a organizar mi boda, decorar mi casa nueva, pasar por la comisaría y ver cómo le estaba yendo a Flavio con Domani y aún ir a Lince y poner todo en orden, porque podría apostar mis dos brazos a que Heitor no había trabajado el viernes y mi escritorio estaría un desastre. Pero antes de todo eso, tenía que ir al hospital a escuchar de Hana cómo había sido con Rafael, mi curiosidad ya no aguantaba más.
—¿Puedo llevármela conmigo de verdad, príncipe? —le pregunté una vez más a Fernando dentro del elevador del hospital y me abrazó.
—¡Puedes todo lo que quieras, abejita! Llévate a Hana para que te ayude a ti y a la tropa, yo estaré bien. —Fernando me dio un beso que era menos que nada apropiado para el lugar donde estábamos y ni siquiera vimos las puertas del elevador abrirse.
—¡Ejem, ejem! —el tío Álvaro se aclaró la garganta ruidosamente para llamar nuestra atención—. ¿El fin de semana no fue