“Domani”
Yo ya estaba caminando de un lado para otro cuando Jennifer apareció con una enorme botella de agua en las manos y abatida como si le hubieran drenado toda la sangre del cuerpo.
—¡Vaya, estás fatal! —La miré.
—¡Buenos días para usted también, tiíto! —Se tiró en la silla de mala gana.
—¿Puedo saber qué fue ese papelón de ayer? —La encaré.
—Tuve un malestar, creo que eso fue notorio, así como creo que usted sabe que no tenemos control sobre ese tipo de cosas, simplemente suceden. —Respondió de mala gana.
—¡Jennifer, eso fue repugnante! Pero quiero saber qué se te pasó por la cabeza para armar un pleito con la señora Dupré, para empezar. —Exigí explicaciones, aquello podría costarme millones.
—¿Esa vieja fastidiosa? Fue ella la que se metió en lo que no le importaba. —Jennifer me miró toda estirada, sabía ser atrevida cuando quería.
—¡Ay, Jennifer! ¿Qué voy a hacer contigo? Arruinaste mi fiesta y todavía puedes causarme un perjuicio millonario si la señora Dupré decide in