"Melissa"
La sensación que tuve al despertar era como si todavía estuviera soñando. Sentí el aroma del capuchino muy cerca de mi nariz y abrí los ojos para ver la sonrisa de Fernando frente a mí, sosteniendo una taza grande humeante con mi bebida favorita.
—Iba a despertarte con un beso, ¿podrías cerrar los ojos y dejarme hacer lo que había planeado? —Puso la taza sobre la mesita de noche, riéndose cuando cerré los ojos—. Así está mejor.
Se acercó y me dio uno de esos besos tiernos y cariñosos, en los que los labios se pegan y la lengua se mueve lentamente dentro de la boca, esos besos que se dan los novios cuando se reencuentran después de un tiempo separados y que hasta hacen ese ruidito, como un "smack". Me encantaba ese tipo de beso.
Pero antes de que se alejara lo sujeté del cuello y lo jalé de vuelta hacia mi boca. Terminó acostándose a mi lado y besándome un poco más, mientras su mano sostenía mi trasero, manteniéndome bien pegadita a él.
—¡Buenos días, mi amor! Podría hace