"Melissa"
¡Si Heitor estaba pensando que iba a descuidar la oficina solo porque estaba embarazada, organizando una boda y decorando una casa estaba muy equivocado! Pero mira nada más, yo con tantas cosas que hacer estaba en la oficina, y ese prostituto estaba una vez más volando por ahí en lugar de estar detrás de su escritorio. Y un detalle, no estaba contestando el celular. Bufé y golpeé la pluma sobre la mesa pensando.
—Melissa, ¿está todo bien? —miré hacia la puerta y vi a Eva parada ahí.
—¡Eva! Iba a pasar por tu oficina. Entra —la llamé y ella caminó en mi dirección—. ¿Cómo va el trabajo?
—¡Estoy encantada, Melissa! Todos son tan gentiles y serviciales. Hasta mi jefe que, aunque siempre está impaciente y poniendo los ojos en blanco, es servicial, a su manera, pero lo es.
—¿El Perfecto? Ah, él es muy gentil —sonreí y ella hizo una mueca.
—Melissa, sinceramente, parece que me va a despedir en cualquier momento, está todo el tiempo observándome con cara de pocos amigos, bufa t