"Ricardo"
Volví a mi oficina sintiéndome pésimo, realmente había actuado mal con Anabel. Y necesitaba buscar la manera de que me perdonara rápido, no me estaba gustando que estuviéramos así. Pensé en mandar flores, como diría Heitor, es un clásico del romance. Pero sabía que sería poco. Aun así llamé a la florería y mandé entregar un gran arreglo de rosas rojas con una tarjeta pidiendo disculpas.
Mientras esperaba para saber el efecto que causarían las flores, Alessandro y Patricio entraron a mi oficina.
—¿Pero qué cara de muerto es esa? —preguntó Patricio y chasqueé la lengua, estaba medio malhumorado.
—Ay, eso tiene cara de haber sido problema con Ana. —se rió Alessandro. —Ya sabes cómo es, ahora hay que arrastrarse.
—No creo que sea para tanto. —respondí sin ninguna diversión.
—Ni puedo creer que voy a ver esto, ¡Rick, de la tríada de los perfectos del grupo, hizo alguna tontería! —se rió Patricio.
—¿Tríada de los perfectos? —pregunté sin entender.
—Tú, Flavio y Nando, el re