"Lisandra"
Los días fueron pasando y Patricio y yo todavía no nos habíamos resuelto y nuestras disputas diarias, con provocaciones y discusiones, volvieron a ser como al inicio, como eran apenas regresó de viaje. Generalmente me decía niñita mimada y yo me ponía ciega de rabia, después dejaba algo sobre mi escritorio como pedido de disculpas y yo se lo devolvía y volvíamos a discutir. Era un ciclo infinito.
Ya había pasado un mes desde que lo pillé con esa mujer y descubrí que estaba embarazada, pero mi embarazo todavía era un secreto. Tampoco había buscado mis cosas en su casa, quería que me las devolviera y peleábamos por eso también. Confieso que cada vez que decía que mis cosas estaban en "nuestra" casa me tambaleaba, pero cuando me decía que me amaba y que no se rendiría, tenía ganas de olvidar todo y agarrarlo.
Para no ir a trabajar en tenis y sudadera todos los días, terminé consiguiendo un uniforme como los de las recepcionistas de la empresa, que era un vestido azul marino