"Flavio"
Apenas esperé salir del consultorio para mandar un mensaje a la familia y los amigos contando la novedad. Todos estaban ansiosos como nosotros y Manu ya había decidido que no quería hacer la famosa fiesta de revelación, quería contarles enseguida a todos, pues estaban todos ansiosos, se había convertido en el tesoro de la familia y los amigos, todos la llenaban de cuidado y cariño.
—¿Y ahora, pequeñita? Imagino que ya habrás pensado en un nombre. —pregunté ya en el auto manejando rumbo a nuestra casa.
—Sí, y espero que estés de acuerdo. —Sabía exactamente qué nombre era antes de que siquiera me lo dijera. Claro que estaría de acuerdo—. Y me gustaría que tú eligieras a los padrinos.
—¿En serio? ¿Me vas a dar ese privilegio? —No esperaba eso, pensé que ella querría elegir a los padrinos, pero me dio ese regalo y sabía exactamente quiénes serían los padrinos perfectos para mi niña.
—Sí, quiero que seas tú quien elija. —Manu sonrió.
—Perfecto, porque ya sé a quién elegir. —S