"Flavio"
Miré ese cuarto sin comprender. Había sido decorado como un cuarto de huéspedes, tenía una cama matrimonial, una cómoda y una televisión. Era una suite amplia, con vista a la piscina. Pero noté que había sobre la cama una caja blanca con un moño dorado, no era grande. También vi a los pies de la cama una lata de pintura pequeña y material para pintar paredes, muestras de papel tapiz y un catálogo de decoración. Miré todo eso sin entender.
—¿Quieres hacer una remodelación, pequeñita? ¿Esa es la sorpresa? —La miré medio decepcionado.
—Sí, vamos a remodelar este cuarto, y es parte de la sorpresa. A menos que no estés de acuerdo en que sea este. —Se estaba riendo, se dio cuenta de mi decepción.
—¿Y por qué quieres remodelar este cuarto?
—Porque necesitamos. —habló simplemente y suspiré, las mujeres y sus manías de renovación.
—Podemos contratar una empresa... —Me interrumpió.
—Hasta podemos. —reflexionó—. Ven acá. —Me jaló hacia la cama—. Siéntate. —Me senté y ella se quedó