"Flavio"
Nunca hice un viaje tan largo, por más que le metiera velocidad al carro parecía que nunca llegaría a esa ciudad. Y cuando finalmente llegué a la entrada de esa ciudad me detuve, me bajé del carro y volví a llamar a Camilo.
—¿Y entonces, Camilo? —Pregunté angustiado.
—Ni rastro de ella, Flavio. No hay ningún movimiento en la casa de Rita. Todo está apagado, como si ya se hubiera ido a dormir. —Camilo me informó.
—¿Ya llegó Breno?
—Sí, ya hace rato que están aquí. Él sugirió que nos reuniéramos en otro lugar, dijo que uno de los policías que vino con él se va a quedar aquí vigilando.
—Es buena idea. Estoy en la entrada de la ciudad...
Camilo sugirió que fuéramos a su casa y me pareció buena idea montar nuestro centro de comando ahí. En pocos minutos llegaba frente a una casa grande en una calle tranquila. Camilo ya nos esperaba y a su lado estaban el Sr. Orlando y Olivia, que parecía haber llorado bastante, pero aun así, nos esperaba con una mesa llena, con un aperitivo