"Manuela"
Llegamos a casa y fui a tomar un baño. Cuando volví a la sala, mi cuñada estaba terminando de poner la mesa y Flávio estaba al teléfono.
—¿Cómo estás, Manu? —preguntó Olivia.
—Pésima, Olivia. ¿Cómo es capaz de hacerme estas cosas? —tenía lágrimas en los ojos de nuevo.
—¡Es mala, Manu! Desafortunadamente tengo que decirte eso —suspiró Olivia—. Ahora sécate esos ojitos, porque tu detective pidió esa comida china que adoras para que almorcemos.
—Pequeña, ¿tomaste las medicinas? —Flávio me abrazó por detrás y confirmé—. Tu mamá ya está camino a casa. Pero voy a insistir en que deberías denunciarla.
—Es mi mamá, Flávio... —me abrazó y se dio por vencido con un suspiro resignado.
—Ya le avisé a Camilo y a tu papá, Manu. Parece que tu mamá se las arregló para confundir al empleado que tu papá dejó tras ella. Fue a casa de la mujer del detective de la ciudad y después su carro salió y volvió a casa. El empleado siguió el carro de tu mamá, pensando que era ella quien manejaba,