"Rita"
Esa ratoncita está muy bien protegida, pensé que tenía suerte cuando la vi salir del edificio, pero quien tiene suerte es ella, hasta ahora no sé de dónde salieron esos policías. Ahora estoy volviendo a casa con las manos vacías. Lo peor es que el plazo que me dio Cándido se está acabando. Pero de alguna manera tengo que conseguirlo.
Llegué a casa y Magda me estaba esperando. Es una amiga muy útil, esposa del detective, él hace todo lo que ella quiere y ella hace todo lo que yo quiero. Es una beata, vive metida en la iglesia, pero es una pecadora, una pecadora útil, chismea de la vida de todo mundo en esta ciudad, sabe los trapos sucios de todo mundo. Bueno, de casi todo mundo, pues me considera una santa, todos en esta ciudad creen que soy una beata, a veces hasta tengo ganas de reírme.
—Rita, ¿dónde está tu hija? ¿No la encontraste? —Magda me miró curiosa, era mejor hacerme la pobrecita.
—¿Puedes creer que esa ingrata no quiso venir conmigo, Magda? Y hasta hizo un escándal