"Patricio"
¡Estaba enfurecido! Sentía una rabia correr por mis venas como hacía mucho tiempo no sentía. Me hicieron quedar como idiota y no fue solo por esta niñita mimada, fue por todos mis amigos. ¿Qué tenían en la cabeza para hacerme quedar como idiota así?
Entramos a la oficina de mi asistente, que era contigua a la mía, y ella se detuvo en su escritorio, algo reticente. Yo pasé junto a ella y abrí la puerta de mi oficina, volviéndome a encararla.
—¡En mi oficina! —Repetí, con una rabia saliendo por mis poros.
Ella pasó junto a mí con la cabeza baja y entró a mi oficina, deteniéndose a mitad de camino hacia mi escritorio. Cerré la puerta detrás de mí y puse el pestillo, nadie iba a interferir en esto. Caminé hacia ella y me detuve frente a ella, con las manos en la cintura, miré atentamente su rostro, bien de cerca, estaba ahí, en mi cara, tenía los ojos de la madre, los mismos ojos negros profundos que tenía mi amigo. ¿Cómo no la reconocí? Examiné cada detalle de su rostro en