UN ÁNGEL EN GARANTÍA. CAPÍTULO 30. Te odio
UN ÁNGEL EN GARANTÍA. CAPÍTULO 30. Te odio
Sari tembló apenas al sentir cómo los dedos de Ivan rozaban con ternura feroz la línea de su mandíbula. Había electricidad en sus dedos, una vibración salvaje que se colaba por su piel y descendía como fuego líquido hasta instalarse en su vientre. El calor entre sus piernas se volvía insoportable, pulsante, como si todo su cuerpo gritara por una liberación que apenas se atrevía a nombrar.
Ivan no dijo nada. Sus labios se acercaron apenas a los suyos, acariciándolos con una suavidad engañosa, hasta que los capturó por completo, en un beso que fue de todo menos suave. Era hambre, necesidad, exigencia. Y ella… ella simplemente se abrió. Lo dejó entrar sin resistencia, su boca respondió con ansias a ese gesto dominante, a ese roce de lenguas que era caricia y conquista a la vez. Jadeó contra él, y su respiración se quebró en gemidos contenidos mientras el cuerpo de Ivan se aferraba al suyo, como si temiera que el deseo se le escapara entre los de