UN ÁNGEL EN GARANTÍA. CAPÍTULO 18. Una vida a punto de cambiar
UN ÁNGEL EN GARANTÍA. CAPÍTULO 18. Una vida a punto de cambiar
Sari se miró una última vez en el espejo del probador, resoplando con nerviosismo. Ese conjunto de lencería era precioso, sí, pero lo sentía ajeno, extraño. El encaje se le pegaba a la piel de una manera demasiado íntima y el satén se deslizaba como agua tibia sobre sus caderas, pero en su interior todo era incomodidad. Sentía que la estaban vistiendo como alguien que no era ella misma.
Respiró hondo, se alisó el cabello con la mano temblorosa y empujó la cortina del probador.
Salió al pasillo con pasos cortos, tratando de levantar la cabeza como él insistía en que hiciera, pero ni aún así podía sostenerle la mirada a Ivan. Sin embargo, él sí la miró.
Un segundo, dos… Y entonces, sin decir una palabra, llevó una mano al cojín del sofá donde estaba sentado y se lo acomodó rápidamente sobre el regazo. Luego carraspeó, fingiendo que nada ocurría. ¡Sí, ajá!
—Te queda muy bien —dijo, con la voz más calmada de lo que se sentía—.