CAPÍTULO 71. De la determinación a un paseo nocturno.

—No pasa nada, amor, solo… no quiero que te estés preocupando ahora, tienes que descansar y aprovechar a la bebé, eso es todo. —Pero en su voz se notaba ese intento casi desesperado por protegerla del mundo, como si aún no se creyera del todo que la tenía de vuelta.

Pero Emeret lo interrumpió con voz firme:

—Jackson, basta. Maggie es parte de esta familia y merece saber a lo que nos enfrentaremos, después de todo esto involucra el futuro de su hija, y créeme que no hay nada peor que una mujer que pudo hacer algo al respecto pero su esposo la subestimó demasiad como para decirle.

Había algo en la forma en que el señor Wyndham hablaba que imponía respeto sin necesidad de levantar la voz. Siempre medido, siempre elegante, incluso en medio de una crisis. Maggie levantó la mirada, todavía agotada por los días anteriores, pero con ese fuego habitual encendiendo sus ojos.

—Y… ¡tu padre tiene razón, ahora estoy en modo mamá, no me hagas ti