CAPÍTULO 65. Del final de una pesadilla, al inicio de otra

El primer disparo retumbó como un trueno en medio del silencio.

Burton se detuvo en seco, girando la cabeza hacia la puerta como si hubiera escuchado el rugido de un león. Luego vino otro. Y otro. Y ya no había dudas: estaban asaltando el lugar.

—¡Maldit@ sea! —rugió, sacando su arma en un gesto mecánico, y Maggie, aún medio tambaleante, se lanzó al suelo sin pensarlo dos veces.

Había visto muchas cosas feas en su vida, pero nada como lo que estaba a punto de pasar. Los gritos comenzaron a colarse por las paredes, junto con el eco de pasos y más disparos, mientras Jackson se parapetaba tras una de las precarias columnas.

Burton se movió como una víbora en ataque. Pero si planeaba escapar por alguna de las puertas traseras de la nave, fue del todo imposible. Apenas abrió la puerta de golpe tuvo que agacharse, y asomó el cuerpo, disparando sin mirar mucho antes de volver a cerrarla con fuerza.

—¡Están aquí por ti! —le gritó a Ma