CAPÍTULO 10. De la humillación a la solución.
CAPÍTULO 10. De la humillación a la solución.
Jackson estaba muy lejos de ser el guardaespaldas sobreprotector y sexy de una telenovela, pero en aquel momento su madre sí parecía una villana con presupuesto y cada palabra que salía de su boca había amenazado directamente a su hijo. Maggie no se sentía precisamente como la princesita desamparada, pero no podía negar que le causaba cierta satisfacción que la maldad de su madre conmoviera un poco a Jackson.
—No vuelvas a hablarle así —le dijo él a la señora Wyndham, con voz contenida pero firme.
Ella lo miró con la consternación reflejada en el rostro, como si él acabara de anunciar que planeaba abrir una cadena de hamburgueserías veganas.
—¡Oh, por favor, Jackson! ¡No me digas que estás de acuerdo con esto!
—Aunque no lo esté, madre, estás hablando de mi hijo. No es cualquier cosa que puedas desechar solo porque no te gusta así que te lo repito: no vuelvas a hablarle así.
Pamela Wyndham apretó los dientes y dejó que su rabia saliera en