"Samantha"
El resto de la semana pasó volando. Estuve dos días fuera de la empresa y el trabajo se me acumuló, así que trabajé el sábado para compensar y ponerme al día.
Era extraño, pero me sentía más segura en la empresa que en casa. Así que ir a trabajar el sábado me relajaba en lugar de estresarme.
El domingo, me desperté tarde, pedí comida y estaba llorando desconsoladamente viendo otra película romántica en la tele cuando sonó mi móvil. Era Vinícius.
"Mujer, ¿qué es esa voz que llora?", preguntó preocupado.
"Estoy viendo una película, Vini. La chica está sufriendo mucho". Se rió al otro lado de la línea.
"Bueno, bueno, entonces déjalo, haz ese truco de magia con el maquillaje, y lo haré en media hora". Vinícius parecía relajado.
"¿Y adónde vamos, si se puede saber?" Pregunté, ya apagando la tele. "Te llevaré a un sitio guay a tomar algo y a hablar mal de la vida de los demás". Su propuesta era ridícula y específica, como siempre.
"No puedo con mi propia vida, Vini, ¿cómo se supo