"Samantha"
Pensé que esta pesadilla había terminado, pero no. Rómulo aún no me había olvidado. Y mi madre entregó la carta delante de Heitor. Sabía que notaba mi nerviosismo, pero en cuanto llegamos a mi apartamento, me preguntó. Era hora de contarle lo que estaba pasando.
Después de ver que Enzo y Clara ya estaban instalados y en la cama, me di una ducha rápida y encontré a Heitor en la habitación, sentado en la cama esperándome. Saqué la carta que me dio mi madre de mi bolso y las anteriores de la cómoda y me fui a la cama.
Abrí la nueva carta antes de hablar y empecé a temblar, sin poder contener las lágrimas. Era otra amenaza, y ahora también lo amenazaba a él. Heitor me atrajo hacia su pecho y me pasó las manos por la espalda, intentando calmarme.
"¿Puedo ver esta carta?", preguntó, y asentí. Me besó la cabeza y cogió la carta, leyéndola en voz alta. ¿Me extrañaste, negrita? Creo que será mejor que dejes de ver a ese mujeriego de mierda. Eres mía, Samantha. Y cuando me vaya, que