"Heitor"
Detuve el coche en la entrada del edificio de Alessandro y vi a Samantha caminando hacia la salida acompañada de dos guardias de seguridad. Siempre me había cautivado su belleza.
Samantha era despampanante, todo en ella era perfecto, y era consciente de su belleza. Caminaba como una reina, con la cabeza bien alta, una postura erguida y segura de sí misma.
Al verme, se despidió de los guardias de seguridad con la mano, corrió hacia mí y se abalanzó sobre mi cuello, haciéndome comprender la suerte que tenía de que esta mujer me hubiera mirado y me hubiera dado su corazón.
"Te extrañé", me susurró al oído.
"Yo también". Le di un beso rápido y la ayudé a subir al coche.
Durante el trayecto a casa de sus padres, charlamos, reímos, bromeamos y bromeamos. Noté que cuando aparqué en la puerta de la casa, se puso seria y tensa.
"¿Qué pasa, Nightingale?" “¡Mi madre querrá matarme!”, se lamentó.
“No, te entenderá. Pero Enzo me matará cuando descubra que vinimos a visitar a tu madre y no