Cuando abrí la puerta, la habitación de Alessandro fue inmediatamente invadida por nuestros amigos.
- ¡Ah, quiero consentir a mi pequeño! ¿Durmió él? – Melissa hizo una mueca triste mirando a Pedro en el regazo de Alessandro.
-Por el amor de Dios, Catarina, cierra esa puerta. – dijo Nando entrando rápidamente.
-¿Qué pasa, Nando? ¿Cual es el problema? – pregunté sin entender cuando cerró la puerta tras él.
- El problema son mis padres, tus padres, los padres de Mel, los padrastros de Alessandro, los padres de Patrício, la madre de Heitor e incluso Jorge, Lygia y Margaridinha. – dijo Nando con cara de terror.
-¿Los padres adoptivos de Alessandro? – pregunté sin entender.
- Mari y Alencar. – explicó Nando, haciéndome sonreír.
- ¿Están aquí tus padres, Patricio? ¿Y tu madre, Héctor? – Alessandro tenía curiosidad.
- Sí, hombre, se enteraron por el padre de Nando lo que estaba pasando y tomaron un vuelo aquí tan pronto como pudieron, querían estar contigo. Pero no os voy a mentir, ¡me vuelv