Desde la distancia, Amara Lía empieza a llorar en su carreola, como si sintiera la agitación de Jazmin.
Jazmín cierra los ojos y se limpia las lágrimas rápidamente antes de acercarse a la niña. La toma en brazos y la acuna contra su pecho, tratando de calmarla.
—No te preocupes, mi amor, estarás bien sin mí —le dice en un murmullo tembloroso.
Mira la pequeña carita de la niña y un nudo se forma en su garganta.
¿Está haciendo lo correcto? ¿Está huyendo sin escuchar a Imran? Pero el recuerdo de Noemí y su sonrisa petulante le devuelve la determinación.
No piensa quedarse a esperar más mentiras. No puede volver a confiar en él.
Con un último vistazo a la habitación, toma su maleta en una mano y la Nana toma a Amara Lía en las de ella. Salen de la habitación, bajando las escaleras con pasos apresurados.
Al llegar a la puerta principal, la ama de llaves la mira con sorpresa.
—¿Señora Jazmín? ¿Va a salir? ¿se va de viaje?
—Sí. Necesito irme por un tiempo —responde sin dar más explicaciones—