El aroma a café inunda la cafetería mientras Jazmín se esfuerza por concentrarse en su trabajo. Pero es inútil. Sus pensamientos están atrapados en lo que vio ayer en el hospital: Hana y Tadeo juntos, él abrazándola, susurrándole palabras que se supone, no debía escuchar.
"Tú y el bebé estarán bien. Nunca los dejaré solos."
La frase se repite en su cabeza como un eco interminable. ¿Cómo pudo Hana engañar de esa manera? ¿Cómo es posible que su prima, la misma mujer que siempre se mostró tan orgullosa de su matrimonio, estuviera escondiendo algo tan grave?
—¡Jazmín! —La voz de Latifah la saca de sus pensamientos. Su nueva amiga se apoya en la barra con los brazos cruzados y una ceja levantada—. Te estoy hablando desde hace rato. ¿Qué te pasa? Estás más ida que de costumbre.
Jazmín sacude la cabeza y suelta un suspiro.
—Nada, solo estoy cansada —miente, pero Latifah la conoce demasiado bien.
—No me vengas con eso —insiste, sirviéndose un café—. Tienes esa cara de "me estoy aguantando alg