CAPITULO XV

BRANDON

Tomo una ducha mientras ella va a hablar con su abuela. No han pasado ni tres semanas que llegué aquí y ya me volví completamente sedentario. Me duelen las piernas. Como ayer, nos quedamos hasta tarde charlando en la cocina, volvimos a la habitación y por más que intente, no logre apagar mis pensamientos y dormir. Así que resignado (de pasar otra noche sin dormir) decidí aprovechar y sorprenderla con el desayuno en la cama. Prepare un poco de todo, le fascinan los postres y las cosas dulces. Pero no puedo dejar que sobreviva solo a base de azúcar. Trate de recordar lo que le preparaba a mi hermana cuando iba a visitarnos embarazada, todos nos esforzábamos por consentirla y la recibía con sus platillos favoritos, aunque ahora que lo pienso, yo cumplía con sus antojos, no con las recomendaciones médicas.

Sonrió al recordar la felicidad en su rostro al ver el desayu

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