Para Emily, no dejaba de resultar extraño que hubiera pasado lo que Rubén había pronosticado, de la forma más precisa a sus palabras. Los comentarios al documento infiltrado iban desde aquellos que lo descalificaban, tachándolo de falso, pasando por los conspiranoides, que nunca faltaban, a quienes lo creían y, entre estos, la gran mayoría se sentía burlada por EmiCrusher y ShadowMask, a los que acusaban de haber montado un escenario solo para atraer incautos con el único propósito de acumular seguidores y aparecer en los medios.
—Me odian —dijo Emily cuando no soportó más y le pidió a Marge que dejara de leer los mensajes. Ni siquiera su “voz de enamorada” había podido aminorar el daño que, como cuchillas de afeitar que la estuvieran cortando, causaba cada crítica y