Belinda volteó y vio a Alex de pie frente a ella.
—Alex —dijo Belinda mientras sentía cómo todo su cuerpo empezaba a temblar por los nervios.
—Hola, ¿cómo estás?
—Mejor.
—¿Tu rodilla?
—Ah..., bueno, como puedes ver ya está mejor, utilizo el parche porque apenas está cicatrizando y me parece que se ve feo.
—Entiendo.
En aquel momento Belinda se había dado cuenta de algo, aunque estaba tan asustada por volverlo a ver, sintió que las cosas ahora eran diferentes, podía controlarse, y, aunque supo en aquel momento que Alex no sentía nada por ella y que nunca entre los dos podía haber algo, no se sentía tan mal.
—Me tengo que ir, voy a visitar a mis padres —explicó Belinda.
—Ah... entiendo —Alex acentuó con su cabeza— oye... por favo