21 Amor.
La mansión con la que se encontró Lucya, no le intimidó, claro que no podía decir lo mismo de las personas armadas que se movían a su alrededor, nada de aquello se parecía al clan Neizan eso estaba más que claro
—Órga, qué alegría verte por aquí. —saludo efusivamente una mujer pelirroja mientras que Vladimir besaba sus manos.
—Tía Majo, en verdad te debo una disculpa por tenerte tan abandonada, permite que te presente a Lucya.
—¿Conque ella es? —rebatió la mujer con cierta tonalidad en su voz, algo mucho más que curiosidad.
—¿Yo soy qué? —indagó Lucya al tiempo que Vladimir la vio mal, pero la mencionada Majo simplemente sonrió.
—Tú eres quien ha hecho enojar a mi niña. —refutó con toda calma la mayor, y Lucya no pudo evitar temblar, tal parecía que en verdad estaba en problemas.
—Cuándo dice su niña, ¿se refiere a quien me disparó…? —comenzó a quejarse Lucya y Vladimir con disimulo apretó su brazo.
—Por favor, Lucya que yo salga vivo de aquí, no quiere decir que tú corras con la mism