84. VENGANZA.
“Si se ha de herir a un hombre, se debe ser tan severo que no se pueda temer su venganza”
Nicolás Maquiavelo.
POV. BRYAN.
— ¡SAM! —Grité con todas mis fuerzas.
Pero ya se había ido, ya no estaba, se me escapó de entre las manos como agua y yo estaba entre histérico y enloquecido.
¿Cómo había pasado todo aquello?
Sobre todo en nuestras narices.
Ni idea, pero sabía que Kalila no estaba sola, el asunto ahora era saber quién la estaba ayudando.
— ¡QUIERO A MI MUJER, AHORA!
No me importaba si tenía que mover cielo y tierra o quemar los mares enteros, pero de que conseguía a Sam, la conseguía de nuevo, además de que Sebastián estaba en manos de Kalila y Lucía también.
Mientras fumaba un cigarrillo y miraba por la ventana de mi auto, reía por lo irónico de la situación, había dejado la mala vida que me había enseñado mi padre para poder ser feliz y ahora esa m*****a vida parecía no querer dejarme ir.
— Señor — me llamó mi conducto, sacándome de mis tribulaciones.
— ¿Qué sucede?
— La señora