44. DEJALA.
POV. SEBASTIÁN.
— Pulso débil, respiración agónica, y presión arterial extremadamente baja. Su nivel de oxígeno en sangre está críticamente bajo —yo no soltaba su mano mientras los paramédicos le entregaban el informe a los médicos.
— Sebastián, tienes que salir de aquí.
— ¡Oblígame! — le gruñí en la cara y volví junto a Lucía. Todos los médicos se miraban entre sí casi nerviosos.
— No puedes estar aquí — entró Samantha colocando su fonendoscopio en los oídos y abriéndose camino entre los médicos.
— ¡No olvides que soy tu jefe!
— Pero la directora del hospital soy yo, así que puedes despedirme cuando termine de salvar a tu hijo y a tu esposa. ¡Reporten! ¡Y saquenlo de aquí!
— Lucía no responde a estímulos verbales o físicos, indica… Un posible daño neurológico.
Las palabras del joven médico me hicieron detener los pasos de salida que había empezado a dar.
— ¿Qué?
— ¡Carajo!
Samantha no perdió tiempo y para asegurar una vía respiratoria y proporcionar oxígeno, ella procedió a intuba