Coral se detiene por un momento. Nunca había visto a su papá luchar así; está realmente impresionada por cómo la cubre desde todos los ángulos. Se convence de que es verdad lo que le dice Vicencio: puede ser bruto y lo habrán engañado para mandarla a aquella escuela, pero él la ama.
Está tan entretenida mirando cómo luchan todos sus tíos y disfrutando de esa sensación de ser protegida por su familia que no se da cuenta de que ha retrocedido y ya no tiene la pared en su espalda. Ha salido del círculo de protección creado por ellos. Es tarde para reaccionar cuando uno de los hombres se le acerca por detrás y le apunta con un arma en la cabeza, tomándola totalmente desprevenida.—¡Si te mueves, te meto un tiro en la cabeza! —le dice el hombre en alemán.Coral levanta las manos en señal de rendirse mientras retrocede, lleva