El aire frío que anunciaba la llegada de la noche golpeó el rostro del pelinegro y él tomó un gran respiro antes de disponerse a volver adentro. Su mirada buscó al coreano por todo el lugar y lo encontró dentro de la oficina de Taylor, ambos parecían bastante concentrados en su conversación y él decidió volver a su asiento y esperarlo, después de todo, aún debían tener una importante conversación sobre el asunto del "te amo" que no habían podido culminar.
Sus dedos, nerviosos y movidos por sus ansias, comenzaron a tamborilear sobre su escritorio mi