—¡Muchas gracias! —Eddie tomó el café de las manos de la linda chica y le regaló otra gran sonrisa— ¡Lindo día! —Ondeó su mano en despedida, tomando por sorpresa a la apenada mujer, quien devolvió el saludo con sus mejillas enrojecidas.
Su acción lo distrajo por más tiempo de lo normal, olvidando prestar atención al frente y chocando con la persona que venía desde su derecha, terminando por derramar su café sobre él y temblando levemente debido a la fría sensación.
—Demonios… —El sujeto a su lado vio sus brazos manchados por el café de Ethan y él titubeó.
—¡Lo siento mucho! —dijo rápidamente, su rápida respuesta hizo que el otro se volviera a verlo con una de sus cejas alzadas.
—No deberías caminar sin ver al frente&