Izan
Había llegado el gran momento y mentiría si dijera que no estaba nervioso pero no había vuelta atrás,llevaba esperando por esto desde la primera vez que vi a mi pequeño clon.
—Ven, Zacky, vamos a sentarnos —mi hijo frunció el ceño tal como lo hacía yo y se sentó en el sofá.Yelena se sentó a su lado y yo enfrente en un sillón.
—¿Pasa algo malo? —el pequeño parecía angustiado.
—No, campeón, solo tenemos que contarte algo.Quiero que sepas que tanto tu madre como yo te queremos muchísimo y qué pasara lo que pasara en el pasado y pase lo que pase en el futuro, eso nunca va a cambiar.
—Yo también os quiero mucho a los dos —no pude evitar sonreír por sus palabras.Este niño me tenía comiendo de su mano.
—Hace varios años conocí a tu madre.La quise nada más verla pero en esos tiempos yo era un tonto y un cobarde y no le dije a tu madre que la amaba.Le hice daño y ella pensó que yo era un hombre malo así que se alejó de mí.
—Pero tú eres bueno, tío Izan.Siempre te portas bien conmigo y con