Yelena
—¿Pretendes comprar mi perdón, Izan?— pregunté alzando una ceja.
—No, solo conquistar tu paladar —contestó ofreciéndome el regalo.Era una preciosa caja de bombones perfectamente envuelta y adornada con un lazo dorado, de la más prestigiosa chocolatería de la ciudad —.A nadie le amarga un dulce, ¿no? — se encogió de hombros y me miró con una pequeña sonrisa.
—Sí, supongo —dije seria a la vez que afirmaba con un movimiento de cabeza.
—¡Tío Izan,ven! —llamó Zack.
—Ve, ahora me reúno con vosotros.
Preparé la masa de pizza que haríamos luego para la cena y fui hacia el salón donde se encontraban los dos rubios.Las risas inundaban toda la sala.
Izan y Zacky estaban jugando a un juego de bloques de madera que consistía en formar una torre con ellos y luego ir cogiendo uno a uno para colocarlo arriba del todo.Perdía quien tiraba la torre y el Alfa acababa de perder.
—¡Mami! —Zacky me hizo señas con su mano para que me acercara —.Tío Izan ha tirado la torre dos veces y yo solo u