Dannon permaneció observándolo ofuscado.
—No tengo idea de qué me estás hablando. No recuerdo haber hecho tal cosa.
Izan arrugó el entrecejo y llevó la mano a su barbilla, tornándose pensativo.
—Alfa, me temo que sufre de algunas lagunas mentales —estableció—. Hay varios fragmentos de su vida que