Capítulo 28. Sobre decisiones y otros rencores.
―Mañana no iré a trabajar, podemos hacer el ritual para convertirme en hombre bueno si tienes los materiales que necesitas ―dijo Aristo a Samantha.
Estaban cenando acompañados por Demetrios. Había pasado un par de horas desde que las gemelas le preguntaron si quería ser un hombre bueno y no podía dejar de pensar en eso.
―Tengo el glitter plateado y lo completaré con un poco de polvo de maíz. ―indicó Sam ―¿Lo haremos en la piscina o en la playa?
―En la playa, papá, les dijo que tenía que bautizarme como hombre bueno en el agua de la playa ―respondió Aristo.
―Hablando de bautismo, Samantha. ¿Aún no has bautizado a las niñas? ―preguntó Demetrios
―No, no soy católica, cuando era pequeña, mamá me llevaba a una iglesia Bautista, pero los padres de Joy son católicos y muchas veces los acompañé a la iglesia. Soy creyente, pero actualmente no practico ninguna religión.
―Para los griegos la religión es muy importante y tus hijas crecerán en un país donde el noventa y cuatro por ciento de