Aura no había querido decirle nada y eso lo ponía histérico como el infierno. Se fue del maldito edificio con más dudas que respuestas. Al parecer, ella no recordaba haber recibido a nadie aquel día. Pero sabía que estaba mintiendo, ¿estaría amenazada? Cómo iba a hacer para sacarle la verdad. Era una situación que empezaba a colmarle ya la paciencia. La próxima persona a la que iría sería a Alba. Solo esperaría a que por fin arregle su situación con Arthur y ya.
Y hablando del rey de Roma y Arthur que… en fin.
-Hola.
No sirvió de nada, Alba no me quiere ver más… —lo oyó cabizbajo, del otro lado de la línea.
Él sonrió, sabiendo que podía darle una mejor noticia.
—Emma ir&aacut