Electricidad

El fin de semana había llegado y la casa de huéspedes estaba sorprendentemente silenciosa. Callum había regresado a la ciudad para atender asuntos de la empresa, dejando a Eliot y Harper encargados de supervisar algunos detalles finales de seguridad y acondicionamiento. La atmósfera en la casa, lejos del bullicio de la ciudad, era una mezcla de calma y tensión contenida.

Eliot estaba en el baño de la planta superior, el vapor de la ducha llenando el espacio y el agua cayendo sobre su espalda mientras intentaba despejar la mente. Había pasado semanas viviendo entre la casa principal y la de huéspedes y los días compartidos con Harper habían creado una corriente subyacente que ninguno de los dos quería admitir en voz alta: miradas que duraban un segundo más de lo necesario, risas contenidas que resonaban con significado, y esa sensación constante de &l