La Advertencia
Oficina de Richard Hastings
Los gruesos ventanales de la oficina del presidente de Hastings Jewels dejaban pasar una luz fría que no lograba suavizar la tensión que se respiraba dentro. El reloj marcaba las 8:17 a.m. cuando las puertas de vidrio se abrieron de golpe.
- ¡Señor! ¡No puede entrar así! - exclamó la secretaria, levantándose de su asiento mientras dos asistentes de seguridad intentaban detener al intruso.
Callum Whitaker no se detuvo. Los empujó sin esfuerzo, con una furia contenida en cada músculo de su cuerpo. Vestía de negro, el abrigo abierto como alas de cuervo y sus ojos -casi siempre templados- ardían ahora como carbones encendidos.
- ¡Maldito bastardo! - bramó al entrar en la oficina de la torre - ¡¡Más te vale tener una buena explicación!!
El viejo Hastings levantó la vista con lentitud, sorprendido por la irrupción. Estaba de pie junto a su escritorio, revisando unos documentos con una taza de té aún humeante en la mano.
- Whitaker… ¿Qué significa e