CAPÍTULO 62. UN CORAZÓN DOLIDO
New York, Estados Unidos.
Horas más tarde.
Alexander caminó a grandes pasos por los pasillos del hospital, acompañado de Luke, su corazón latía agitado, abrió la puerta de la habitación de su hermana y observó que Hanna y Noah se encontraban dormidos juntos en la misma cama.
—El pequeño no se ha querido separar de su hermana —Ralph se puso de pie y se acercó a ellos.
La barbilla de Alexander tembló al escucharlo.
— ¿Cómo se encuentran mis papás? —cuestionó.
Ralph se aclaró la garganta.
— ¿No… han hablado con el médico? —indagó con la voz inestable.
—No, entramos directo a la habitación de Hanna —explicó Luke, sin poder dejar de ver aquella escena de Noah y Hanna, deseando poder despertarla y abrazarla con fuerza a él.
— ¿Sabes cómo se encuentran? —preguntó Alexander.
El hombre señaló hacia el pasillo, para que salieran y pudieran hablar afuera. Ralph caminó hacia la sala de espera y tomaron asiento los tres.
— ¿Qué ocurre? —cuestionó Alexander, con nerviosismo.
—No sé cómo decirle est