CAPÍTULO 57. CUIDARÉ DE TI
Mike estaba en su oficina revisando algunos expedientes de nuevo ingreso, organizaba el horario en el que se les atendería y quién sería el responsable, desvió su mirada al escuchar que tocaban en su puerta.
—¿Podemos pasar? —La pequeña María indagó con un semblante distinto al que tenía cuando se reunían a la hora de la comida.
—Sí, claro —Mike respondió, y de inmediato se puso de pie para saludarlas. — ¿Cómo estás? —preguntó a la pequeña al ver que tenía un par de rasguños en su rostro.
María inclinó su rostro y abrazó a su mamá.
—Estamos bien —contestó la mujer.
Mike presionó sus labios y decidió no indagar más, al menos delante de la pequeña.
—Tomen asiento —señaló al par de sillas que había frente a su viejo escritorio de madera y enseguida, les entregó una bolsa de papel a cada una—, espero que les guste.
La pequeña miró hacia el interior de la bolsa y sonrió al ver el contenido.
— ¿Todo esto es para mí? —preguntó.
—Sí, todo es para ti —contestó Mike con una gran sonrisa.
La mad