Lexi
Estoy sentada al lado de Owen, acurrucada bajo su brazo viendo a nuestros hijos que han intercambiado los juguetes. Sí, Heather le incautó el auto a control remoto a Chase y él tomó una de sus muñecas y la está vistiendo.
— ¿Debería preocuparme que Chase esté jugando con una Barbie? —Pregunta Owen.
—Solo tiene tres años, para él todos los juguetes son iguales. Y si tienes que preocuparte debería ser por los dos, ya que Heidi tiene el auto.
—Tienes razón —murmura y levanto la mirada para verlo con un rostro pensante—.
— ¿Pasa algo? —Lo obligo a mirarme.
—Es que he notado comportamientos en él que son diferentes —asiento mirando al pequeño y me encojo de hombros—.
—Que sea gay no debe de preocuparte, mejor ruega al cielo para que no sea un asaltante, violador o asesino.
— Sí, es cierto lo que dices —me abrazo más a él y le doy un beso en la mejilla—.
—Deja que crezca, Owen, él decidirá que o quien quiere ser.
Nos quedamos un rato en silencio. Papá se fue con Rita, tenían algo que