El día de la boda llego y Liam el hombre que parecía tener nervios de acero y a quien toda esta locura le parecía solo un pequeño precio a pagar por lo que había hecho su hermano, se encontró mirando por la ventana tratando de contener la enorme ansiedad que sentía.
Los invitados ya estaban en el enorme jardín, y a él lo tenían encerrado en el despacho con su madre hasta que se le diera la orden de salir, hacia 24 horas que no veía a Kim, y es que por costumbres de tradición así lo había dispuesto Marcus.
Se sentía raro, debido a que en esta semana se había acostumbrado a estar con esa joven completamente impredecible, de pronto se sentía incompleto ante la ausencia de ella.
Dios, y ¡¿si se arrepiente?! Ya planifique todo un año para estar con ella— si, Liam era un hombre sumamente precavido