Capítulo 42. Reflexiones.

Robert salió de la mansión. Luego de dejarla en la habitación de las pinturas fue a su despacho en busca de unos planos y enseguida se fue de casa.

Samantha quedó sola otra vez, pero con aquella caja en las manos que le resultaba pesada. Suponía que contenía demasiado dolor.

Se dirigió al patio para sentarse en una mesa de piedra frente al mar y así revisar su contenido rodeada de aire fresco. No quería asfixiarse con esos recuerdos.

Encontró fotografías familiares, la mayoría de la niña. Victory había sido una chica hermosa y regordeta, de mejillas infladas y sonrosadas, con los cabellos rubios y los ojos tan azules como los de Robert. Siempre mostraba una sonrisa o con una mueca divertida.

Marisa también había sido rubia, alta, esbelta y muy elegante. Parecía haberle gustado mucho la naturaleza, porque solían retratarla junto a árboles, flores o mirando al mar. Sus ojos habían sido grises y en algunas imágenes salía como enfadada, pero cuando estaba con la niña procuraba mostrarse a
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