Irina…
El viernes llegó más rápido de lo que esperaba, mi plan con Collin iba bastante bien hasta que el muy idiota apareció en mi oficina y me empezó a tratar raro, me trajo un ramo de flores que parece que las compro en el supermercado, solo espero que no haga eso con Lana porque lo va a echar a perder.
–Cielo…
–No me digas así, Collin –rodé los ojos –. Nunca nos hemos tratado así y ahora sería raro.
–Eso es porque tú nunca lo has querido.
–Claro, como digas.
Ya hace rato me rendí en llevarle alguna discusión, solo pierdo el tiempo y nunca acepta que se equivoca.
–Te recuerdo que mañana es la fiesta de papá y tenemos que llegar juntos –mencionó –. En la casa tienes todas tus cosas, deberías regresar.
–Te dije que no me interesa la casa, es de tu familia o ya se te olvidó que tú padre nos la dió.
–Por lo mismo deberías volver, él te aprecia mucho.
–No volveré a la casa –repetí –. Y tampoco voy a ir a la fiesta contigo, el divorcio casi está y será mejor que nos empiecen a ver separad